Disco Afrika (2023), de Luck Razanajaona, es un largometraje de ficción que ha participado en el Festival Internacional de Seattle y en la Berlinale, dentro de la sección Generation 14plus, y lleva como subtítulo Una historia malgache, lo cual muy bien puede extrapolarse al resto del continente, pues las cuestiones sociales y políticas que en él se muestran, por desgracia, son las habituales en los países africanos, colonizados con saña, pésimamente descolonizados.
Como primer apunte quiero señalar que su protagonista, el
joven Delanoël Parista Sambo o, simplemente Parista Sambo, ha obtenido el
premio al Mejor actor en la 21 edición del Festival de Cine Africano de
Tarifa-Tánger (FCAT), además del V Premio ACERCA concedido por la Dirección de
Relaciones Culturales y Científicas de la Agencia Española de Cooperación
Internacional para el Desarrollo (AECID) en el mismo certamen, lo que no está
nada mal, habida cuenta de que en Madagascar no hay ni escuelas de cine ni
siquiera de interpretación. De hecho, se trata del primer filme de Parista, que
no es actor profesional, así como tampoco lo son el resto de actores y actrices
del elenco.
Como valoración global, debemos señalar que esta película no goza de una estructura fílmica compleja, la trama es bastante simple y podemos indicar también que el número de extras cuando la acción así lo requiere, como, por ejemplo, en las revueltas callejeras que se ven en pantalla es reducido. Todo lo cual no perjudica a la eficacia para mostrar las lacras que esta cinta de Razanajaona quiere denunciar.
La música como un arma cargada de esperanza, parafraseando
el famoso verso de Rafael Alberti: “La poesía es un arma cargada de futuro”.
Por ello, Disco Afrika es el título
del LP que sacó el padre del protagonista de la película, un activista por la
libertad en Madagascar ejecutado en muy extrañas circunstancias, aunque
fácilmente, por desgracia, imaginables antes de que se inicie la acción de la
política, y fue asesinado por una delación en el club donde tocaba, denominado
precisamente Afrika, por lo que la voluntad de hacer extensible a todo el
continente las atrocidades que denuncia Razanajaona en su filme parece bastante
evidente.
La música, pues, como columna vertebral de la construcción
del continente africano y de la recuperación de su identidad cultural.
Sin embargo, he dejado para el final de mi análisis la escena con que arranca la película, consistente en la búsqueda de zafiros, de modo similar al de los buscadores de oro en la California de la segunda mitad del siglo XIX. Pues bien, se considera que el principal país del mundo en cuanto a la existencia de zafiros es Madagascar, concretamente en la zona Ilakaka, donde se descubrió por casualidad tan preciada gema a finales de 1998 en un campo de arroz, donde se realizaban trabajos para conseguir más agua. Es obvio que eso atrajo un aluvión humando de malgaches, si bien la realidad indica que la mayor parte de la venta la controlan hoy negociantes de Tailandia y Sri Lanka[1], todo ello en una cadena cuyo primer escalón son los compradores armados, que aparecen con linternas para asesinar con nocturnidad a los buscadores que descubren y es lo que le sucede a Rivo, amigo de Kwame.
De
manera que el gran estigma de Nigeria es el petróleo del golfo de Guinea; el
gran estigma del Congo y países de la región de los Grandes Lagos es el Coltán;
es la riqueza de fosfatos lo que no permite la verdadera independencia del
Sáhara Occidental; y son los diamantes de Sudáfrica quienes no permiten que
este país se desarrolle con normalidad, por citar solo los ejemplos más
conocidos. En definitiva, es la riqueza de recursos naturales la causante de la
miseria africana.
A
pesar de los pesares, no voy a desvelar el final de Disco Afrika, pero sí quiero señalar que esta película no se
abandona al pesimismo, sino que se cierra con una imagen de esperanza, a la par
que anima a las revueltas populares.
Francisco Javier Rodríguez Barranco
[1] Véase con más detalle en:
https://www.elmundo.es/viajes/africa/2020/08/13/5e42cd4521efa049088b458d.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario