martes, 31 de mayo de 2022

SEMBLANZAS DE ÁFRICA EN EL FESTIVAL DE CINE AFRICANO DE TARIFA-TÁNGER (FCAT)

 


31 de mayo de 2022

          Ciertamente, uno no puede ver todo lo que le gustaría en un festival con una cartelera tan diversificada como el FCAT. Uno no puede estar en tres salas a la vez, según le gustaría. Uno no tiene más remedio que dejarse guiar por una cierta intuición para elegir entre lo bueno lo que quizá pueda agradarle más. Y, a veces, el azar le permite encontrar un nexo entre las películas seleccionadas para el día: ayer fueron el existencialismo y las guerras los denominadores comunes de las cintas visionadas y hoy he podido asistir a dos semblanzas de África desde dos puntos de vista bastante nítidos: la mujer en la marfileña Visages de femmes (1985), de Désiré Ecaré, y la juventud en Nous, étudiants! (2022), de Rafiki Fariala, un documental de la República Centroafricana.

Pincha aquí para ver trálier de Visages de femmes.         


       Iniciamos nuestro análisis por orden cronológico de rodaje con Visages de femmes, probablemente la película más erótica de la historia del cine africano y que transcurre en dos lugares: el poblado de Lopou durante la primera mitad del filme y la segunda en Abiyán, la principal ciudad portuaria de Costa de Marfil, de la que solo se muestra una factoría de ahumado de pescado, el mercado y el porche de una villa residencial.

          Como dato curioso hay que comentar que la parte de Lopou se rodó en 1973 y, por razones presupuestarias, hubo que esperar hasta 1983 para grabar la mitad e Abiyán. Cabe señalar también que Visages de femmes fue galardonada con el Premio FIPRESCI en el Festival de Cannes de 1985.

          Otra anécdota reseñable, aunque en este caso negativa, es que, precisamente por el alto contenido erótico de una determinada escena, este largometraje fue censurado en toda África por lo que se llegó al absurdo de que una película africana hecha por y para África se podía ver en cualquier lugar del mundo, menos en África, algo que indignó bastante a su director, como no podía ser de otra manera. Poco a poco, algunos países del continente vecino, como Argelia, permitieron su exhibición en salas, y llegó incluso a las pantallas en Costa de Marfil, pero se trata de una cinta que no ha gozado de distribución estándar en su continente.

 


         ¿Y en qué consiste esa escena tan erótica que escandalizó a los censores marfileños, africanos, en general? Pues en una secuencia de sexo entre un hombre y una mujer en el interior de un río y en la ribera del mismo. Rodado sin prisas y sin artificios, este momento de gran carga erótica cumple una función importante, pues es la mujer quien lleva la iniciativa del coito, o coitos, porque hay más de uno. Así, por ejemplo, en los primeros compases previos al apareamiento, la chica le dice al hombre: “¿Qué haces?”; una pregunta que no halla respuesta, pues la lengua del chico está entretenida en la zona genital femenina, y que desconcierta al espectador, que, a su vez, se pregunta: “¿Pero cómo que qué hace? Si ha sido ella quien ha inducido al hombre al sexo”; porque, en efecto, parece que la chica mantiene una actitud ambigua de excitación-rechazo del hombre. Pero no, nada más lejos de la realidad, porque la siguiente frase de la mujer despeja todas las dudas: “Pudiendo follarme y te entretienes con tonterías”.


          Por lo tanto, es ella quien está ejerciendo el empoderamiento erótico, es ella quien dirige toda la acción y es ella quien toma las riendas del acto sexual, que es exactamente el mensaje que quiere transmitir Ecaré con Visages de femmes: incluso en un poblado bastante primitivo, el director marfileño reivindica la liberación femenina y un cambio de actitud social que iguale los roles de los dos sexos.         


       Para mayor abundamiento, una mujer casada mantiene relaciones sexuales con el hermano de su marido, porque así lo ha decidido ella, como si de Emma Bovary o Anna Karenina se tratara, solo que en este caso en el África profunda, y todo ello cuando el hombre considera que la mujer es su esclava, algo que no sucedía en la cultura tradicional africana, con un fuerte componente matriarcal, que se vio subvertido con la llegada de las religiones monoteístas.

          El hombre considera que puede castigar físicamente a la mujer y de ahí que el eslabón entre la mitad de la película rodada en el poblado y la grabada en Abiyán sean unas clases de kárate para mujeres con un mensaje implícito bastante elocuente: “Mujer, aprende a defenderte por ti misma”.         


El segundo fragmento de esta cinta nos muestra a una mujer en su madurez que es una empresaria en el sector del ahumado de pescado y que sostiene económicamente a toda su familia, incluido el marido y su (de ella) hermano, pues a tal punto ha llegado su independencia financiera. En esta ocasión, el contrapunto ideológico lo aportan las hijas de la mujer empresaria, que consideran que unas buenas nalgas han movido, mueven y moverán el mundo. En ese contexto tan fuertemente testosteronizado, un personaje recrimina a la mujer emprendedora que tenga demasiados proyectos para ser mujer, pues, no del todo satisfecha con el ahumado de pescado, quiere abrir unos restaurantes de makis.

          A modo de resumen: rodada sin alardes técnicos y con gran protagonismo de los bailes tradiciones africanos, no puede ser más evidente el apoyo de Ecaré a la liberación de la mujer en Visages de femmes.

Pincha aquí para ver tráiler de Nous, étudiants!         


       La otra semblanza que el azar me ha permitido en las películas de hoy es la juventud en Nous, étudiants!, de Rafiki Fariala, como ya se ha mencionado. ¿Y qué imagen nos transmite Rafiki de la juventud en este documental? Pues bastante desesperanzada desde la primera escena. Jóvenes sin horizontes que asisten a clases de Economía en la Universidad de Bangui, que no se parece en nada a esos supermegachachicampus de las películas made in USA, donde las principales preocupaciones de los estudiantes rubios con ojos azules consisten en el nivel de popularidad social o en quién les acompañará al baile de fin de curso: ¡EL BAILE! (con mayúsculas).

 


         Totalmente alejado de esas aulas de algodón, Fariala nos muestra una situación de pobreza extrema entre los estudiantes centroafricanos, víctimas de una corrupción, cuyo eslabón más alto son los viejos, que mienten en la edad para no jubilarse, impidiendo con ello que los jóvenes ocupen su lugar en el mundo laboral, la Policía les hostiga reiteradamente, etc. Desesperanza, hastío, desigualdades sociales agudas son los ingredientes principales de sus condiciones de vida. Sobreviven, pues, en circunstancias miserables, realizando trabajos miserables para asegurarse unos ingresos que les permitan comer de vez en cuando y la pregunta que se hace uno de ellos, concretamente Néstor, que se interpreta a sí mismo, es bastante evidente: “¿Por qué?”.         


      Es así que hablar de Adam Smith o de Keynes entre estos estudiantes resulta un cruel sarcasmo cuando tu vida se desarrolla en un contexto con tantas carencias, las estudiantes femeninas padecen el acoso sexual de los profesores, las clases se imparten en unas aulas miserables, los estudiantes no tienen casi ni luz eléctrica y la religión, que aparece durante toda la película en diferentes contextos, ayuda muy poco.

          Y, bueno, lo que voy a decir a continuación es una obviedad, pero no por ello menos cierta: la juventud es el impulso necesario en cualquier país y, de ahí que, una juventud sin horizontes equivale a una sociedad sin horizontes, como vemos en esta película, donde los universitarios han de regresar a los trabajos menos cualificados, incluso después de licenciarse.

    La mujer y la juventud, por lo tanto, como los dos grandes pilares de reivindicaciones sociales.

Fco. Javier Rodríguez Barranco




EXISTENCIALISMO Y GUERRAS EN EL FESTIVAL DE CINE AFRICANO DE TARIFA-TÁNGER (FCAT)

 


Lunes, 30 de mayo de 2022

Pincha aquí para ver tráiler de 'Neptune Frost' 

         La primera mitad de las proyecciones de hoy en Teatro Alameda de Tarifa consistió en tres cortometrajes basados en tres relatos, pues el tema oficial del FCAT de este año son las interacciones mutuas entre literatura y cine.

         


       Así, la jornada se inició con dos cortos de 1991 del director angoleño Mariano Bartolomeu: “Un lugar limpio y bien iluminado” y “Quem Faz Correr o Quim?”, siendo así que el primero de ellos se inspira en el relato “The Killers”, de Ernst Hemingway, y el segundo en Kenzaburô Oe, quien poco después del corto de Bartolomeu, concretamente en 1994, obtuvo el Premio Nobel de Literatura.

         


       En cuanto al primero de ellos, ambientado en Cuba, en vez de en Estados Unidos, y fiel con el estilo narrativo propio del autor de Oak Park (Illinois), es una narración iceberg, es decir, que es mucho más lo que no se cuenta que lo que se cuenta y está impregnado por un fuerte sentido existencial, que es algo bastante propio de Hemingway, quien acabó con su vida disparándose con una escopeta. De manera que, nos encontramos con un protagonista al que persigue la muerte, por causas que el espectador ignora, pero ha decidido dejar de huir ante una vida que ya no tiene sentido, pues, como él mismo afirma: “No es posible encontrar un lugar limpio y bien iluminado”. La música de John Lee Hooker se adhiere con toda naturalidad a a la piel de este cortometraje y constituye un elemento eficaz para intensificar el dramatismo.

         


      Sin abandonar el tono existencial ya mencionado, “Quem Faz Correr o Quim?” sí tiene un referente tangible como fue la guerra civil de Angola, utilizada por Estados Unidos y la Unión Soviética (con Cuba ad hoc) para desfogarse un poco durante la mal llamada guerra fría. Es así que el desencadenante de la situación es el nacimiento con dos cabezas de la hija de Quim, quien se mueve en una tensión dual entre su mujer y su amante, siendo así que él es piloto de guerra y el cortometraje se inicia con escenas del aterrizaje de cazas militares.

          En conversación posterior a la proyección del corto, Bartolomeu confesó que él se había inspirado en las piezas literarias arriba referenciadas, pero que se trata de adaptaciones en sentido estricto.         


      El tercer corto de esta primera parte en el Teatro Alameda ha sido “Vou mudar a cozinha” (2022), del también angoleño Ondjaki, basado en un relato del propio Ondjaki y consistente en un monólogo de media hora de la protagonista, interpretada por Renata Torres, interrumpido tan solo por una voz en off, que es la del padre quien le recuerda sus deberes como mujer, esposa y madre desde una perspectiva bastante conservadora. Una voz incrustada en el cerebro de esta mujer y que va marcando los hitos de su insatisfacción vital. Y hay quien considera que eso no es cine, pero nada más lejos de la realidad: una propuesta como la de este cortometraje, que raya en el mediometraje, representa un afán de innovación dentro del séptimo arte.

          Debemos señalar en relación con este trabajo de Ondjaki que el fuego es un elemento con enorme valor simbólico. El fuego para Heráclito era el elemento superior de los cuatro posibles en la antigüedad grecolatina (agua, aire, tierra y fuego), pues consideraba que era capaz de convertir en los mismo, es decir, cenizas, todo lo demás. En el corto de Ondjaki, el fuego se manifiesta en el mechero, los cigarrillos, la cocina, que sirve para crear vida, es decir, alimentos, y el incienso, que transmite renovación y pureza.

         


       Poco a poco, vamos conociendo otro de los componentes de la angustia de la mujer y es la condición de piloto militar de su marido durante la guerra civil en Angola y, una vez, concluida la proyección, en conversación con el director y escritor, Ondjaki nos reveló que esa insistencia en el fuego era un recuerdo del ave Fénix, capaz de resurgir de sus cenizas, como él desea que le suceda a Angola.

          Muy destacable, además, la banda sonora de Filipe Raposo.


La segunda mitad de la tarde en el Teatro Alameda fue para la película ruandesa Neptune Frost (2021), de Anisia Uzeyman y Saul Williams, para cuya correcta comprensión es necesario recordar que el sustrato de fondo de todas las guerras que han tenido lugar en la región de los Grandes Lagos africanos han sido las disputas entre Estados Unidos y Francia por el control del coltán que se da en abundancia en el Congo y que es el mineral más utilizado en el soporte físico de las nuevas tecnologías: teléfonos móviles, ordenadores de todo tipo, etc.

De los efectos devastadores que la avaricia del coltán ha causado en esa zona de África tratan dos documentales ambientados en Congo: City of Joy (2016), de Madeleine Gavin, y Maman Colonelle (2017), de Dieudo Hamadi. Por ello, Neptune Frost viene a incidir sobre algo ya conocido para quienes estén familiarizados con la realidad africana: de hecho, la película se inicia con el brutal asesinato por la Policía de un minero en un yacimiento al aire libre de coltán.


Sin embargo, ya desde ese  momento comprendemos que algo va a ser diferente, puesto que ese obrero se llama Tekno. De ahí que la verdadera originalidad de esta magnífica película de Uzeyman y Williams consiste en el lenguaje narrativo utilizado, empezando por los propios diálogos que no son diálogos como tal, sino conversaciones grupales que recuerdan la tradición de los griots, o contadores de cuentos, en los poblados africanos, auténticas memorias vivas de la comunidad, y el famoso árbol de las palabras. Además de lo anterior, para subvertir el método tradicional de comunicarse los personajes en el cine, en Neptune Frost los cantos mediante los que los grupos oprimidos protestan son muy elocuentes, así como las propias imágenes, que exigen una gran capacidad de comunicación no verbal por parte de los actores.


La muerte llega cuando llega y sorprende al espectador como la súbita pérdida de batería en un portátil. Porque esa es una de las grandes propuestas de esta cinta: la deshumanización de una sociedad exponencialmente tecnificada y presentar a los personajes como piezas de un hardware cruel en un mundo de pesadilla.

De manera que este filme abandona las coordenadas exóticas o tropicalistas que el espectador espera cuando se enfrenta al cine africano y se construye sobre un mundo de ciencia y fantasía con ribetes oníricos. Es así que futurismo y surrealismo se dan la mano en Neptune Frost: Marinetti y Breton del bracete para denunciar la salvaje explotación en África, toda una osadía.


No puede sorprender, pues, que los nombres de los personajes procedan del contexto propio de Sillicon Valley, como Placa Madre, que es la protagonista, otro se llama Memoria, etc.; el saludo entre los personajes sea “Brillo dorado universal”; la región en la que viven sea Martyr Loser Kingdom; que la aspiración de la revolución sea romper el código y que la protesta se denomine hackear. Así, aquello por lo que luchan estas piezas tecnológicas humanas es por conseguir un algoritmo de justicia y el protagonista masculino principal se llama Matalausa, es decir, ‘USA mata’. Todo un discurso distópico articulado alrededor de lo que más obsesiona a los, así denominados, países del Primer Mundo: el poder tecnológico.

En definitiva, se trata de un largometraje con textura postmoderna para descender a la más cruda realidad.

Guerras, guerras y guerras, una vez más, guerras en África, guerras civiles para mayor atrocidad, guerras genocidas en un continente cuya sangre ya se ha vertido demasiado. La guerra no es la continuación de la diplomacia por otros medios, según afirmaba Clausewitz en De la guerra, claro que él fue militar y eso de matar a otras personas eran poco más que gajes del oficio. Una guerra es lo más injustificable que puede emprender el ser humano, sobre todo cuando quienes se aniquilan entre sí son los seres más menesterosos del planeta Tierra.

Fco. Javier Rodríguez Barranco

lunes, 23 de mayo de 2022

EL ÁRBOL DE LAS PALABRAS EN EL FESTIVAL DE CINE AFRICANO DE TARIFA-TANGER (FCAT)

 


El X Árbol de las Palabras vuelve a apostar por el encuentro profesional y el futuro de los cines de África

El galardonado cineasta Lemohang Jeremiah Mosese, una de las miradas de la vanguardia africana, ofrecerá una clase magistral

El espacio industria del Festival de Cine Africano, FCAT LAB, vuelve a apostar por las nuevas producciones de películas africanas.


 

 


Lemohang Jeremiah Mosese

Tarifa, 23 de mayo de 2022. Formación y oportunidades profesionales -presenciales y virtuales- para el fomento de los cines africanos como espacios de desarrollo sostenibles y transversales compondrán el núcleo del X Foro de el Árbol de las Palabras, que se celebrará entre el 28 de mayo y el 3 de junio de 2021 en el marco del 19 FCAT.


El Árbol de las Palabras es un proyecto anual del Festival de Cine Africano-FCAT que cuenta con la colaboración del Programa ACERCA de capacitación para el desarrollo en el sector cultural de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Un espacio que permitirá seguir ahondando acerca de la evolución, del negocio y de la industria del cine hecho en África. 

 

Las ramas de este árbol continúan creciendo edición tras edición del FCAT y su sombra cobijará este año Encuentros Temáticos, así como el espacio de industria del festival, FCAT LAB, el Aula de Cine que imparte Javier H. Estrada, los Aperitivos de Cine y una Rama Universidad como nuevo espacio que busca potenciar la conexión con el mundo universitario y académico.




 Encuentros Temáticos

El espacio de diálogo e intercambio profesional girará en torno a los discursos para la transformación que emergen de los cines africanos. El Liceo del Casino Tarifeño será este año el escenario de las actividades de El Árbol de las Palabras, que comenzarán el lunes 30 de mayo con el título de la gran retrospectiva de esta edición del FCAT: Entre la tinta y la pantalla. Una conversación presencial  sobre los vínculos entre cine y literatura, entre lo africano y lo global que sentará en torno a una  mesa al escritor mauritano Beyrouk, al escritor y cineasta angoleño Ondjaki, al programador y crítico de cine Franco-argelino Olivier Hadouchi y al cineasta angoleño Mariano Bartolomeu, moderados por el editor y gestor cultural Alejandro de los Santos.

 

El martes 31 será el turno de hablar sobre Praxis cinematográfica decolonial: diálogo de Screen Worlds con el FCAT, en un encuentro que será online y retransmitido. El equipo central de African Screen Worlds (de la reconocida escuela SOAS-Universidad de Londres) compartirá sus distintas experiencias, proyectos cinematográficos y enfoques de investigación eclécticos para reflexionar sobre lo que significa descolonizar desde las pantallas. Participarán Lindiwe Dovey, profesora e investigadora principal, Añulika Agina, investigadora postdoctoral, especializada en cines nigerianos, Michael W. Thomas, investigador postdoctoral, especializado en cines etíopes y Nobunye Levin, investigadora postdoctoral, especializada en la descolonización de los mundos de pantalla.

 


Descolonizar la mirada. Cine y creación contemporánea será la temática del 1 de junio. Esta mesa redonda, promovida en colaboración con la Universidad de Sevilla, analiza las iniciativas llevadas a cabo por las instituciones artísticas, así como la mirada crítica de la creación contemporánea y el cine hacia un mundo en cambio, abordando los procesos poscoloniales, las migraciones, las desigualdades, el multiculturalismo y los nuevos procesos identitarios de las últimas décadas. Con Rafael Rodríguez López, profesor e investigador, Universidad de Málaga, Yassine Chouati, artista plástico, Luis Martínez Montiel, investigador y subdirector del CICUS, Universidad de Sevilla y Beatriz Mbula, actriz y guionista. La moderará Luís Méndez, director del CICUS, Universidad de Sevilla.

 

Otra gran cita será con el cineasta y artista visual lesotense Lemohang Jeremiah Mosese, cuyas películas frecuentan los palmarés de los grandes festivales y que en esta edición forma parte del jurado internacional del FCAT, ofrecerá a continuación una clase magistral -presencial y retransmitida- en el Liceo del Casino tarifeño. El crítico y programador Javier H. Estrada conversará con el director sobre su mirada, que se proyecta entre las más innovadoras del cine subsahariano contemporáneo.



 

 

Rama Universidad

Además de los encuentros temáticos desde Tarifa, la Universidad de Cádiz se une en esta edición a El Árbol de las Palabras con un encuentro profesional en su campus titulado Rodando en África más allá de los estereotipos: casos prácticos y laboratorio de ideas. Los cineastas andaluces Lorenzo Benítez y Alejandro Salgado, junto al actor y cofundador de The Black View, Armando Buika, moderados por el director de la Escuela de Cine de Cádiz, Bruto Pomeroy, se acercarán a África y lo africano desde el cine, no sólo como destino, sino como espacio de co-producciones cinematográficas más allá de los estereotipos y simplismos que, en demasiadas ocasiones, siguen reduciendo las miradas al norte del Estrecho de Gibraltar.


Entre otros objetivos, esta nueva rama buscará crear una nueva red entre todos los que estudian y divulgan conocimiento acerca de los cines de África en español, consolidando el FCAT también como ese espacio de encuentro único que cada año reúne y conecta a los teóricos e investigadores con los autores, los creadores y profesionales de los cines del continente vecino.  

 FCAT LAB



El 19 Festival de Cine Africano vuelve a extender la alfombra a la industria con el FCAT LAB, el workshop de posproducción de El Árbol de las Palabras, apoyado también por el Goethe Institut y el Institut Français, que, además de la formación con expertos internacionales de los foros y la masterclass, ofrecerá encuentros one to one y un mercado de proyectos. A pesar de un contexto internacional lleno de incertidumbres, en los últimos años podemos registrar no sólo un aumento en la producción de las películas africanas, sino también el mayor interés que estas obras generan en los principales festivales internacionales y en los mercados audiovisuales globales. Aún así, en comparación con la producción fílmica de muchas otras regiones del mundo, el cine africano sigue contando con recursos limitados y sufre una menor visibilidad con respecto a otras cinematografías.

 

La segunda edición de FCAT LAB, que se celebra los días 2 y 3 de junio 2022, sigue apostando por el formato online, gracias al apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), el Goethe Institut Madrid, el Institut Français y a la colaboración de distintas empresas españolas e internacionales. Con esta iniciativa, el FCAT sigue apoyando de forma tangible a los proyectos de largometraje procedentes de África a través de premios otorgados en el mercado de proyectos y las presentaciones a agentes de ventas, distribuidores, plataformas VOD, programadores y compradores en general. 

 


Al mismo tiempo, el FCAT LAB busca aumentar la visibilidad de las empresas de posproducción andaluzas y españolas en el mercado audiovisual del continente vecino, una realidad cada vez más pujante y reconocida, en el que el tejido empresarial nacional puede ampliar su presencia gracias a la gran profesionalidad y competitividad de sus empresas. Entre otros premios, promovidos con organizaciones y empresas especializadas del sector fílmico, y que suman un total de 20.000 euros, Al-Tarab ofrecerá su propio premio FCAT LAB, dotado con 3.000EUR para gastos de post-producción de la película ganadora.

 

En el FCAT LAB 2022 se han seleccionado seis proyectos: Abo zabaal prison 1989, de Bassam Mortada (Seera Media Production, Egipto); Bufis,de Mahad Ahmed y Vincenzo Cavallo (Cultural Video Production y Unafilm, Somalia, Kenia, Alemania; Jump the wall,  de Mohamed Zineddaine (Janaprod & Ouarzazate Films,  Marruecos); Le mouton de sada, de Pape Bouname Lopy (Groupe Lydel Com, Senegal, Burkina Faso); So that we stay alive, de Amine Kabbes (Thala Films Production, Algeria);  y The burdened, de Amr Gamal (Station Films y Adenium Production, Sudán, Yemen).

 


El jurado evaluará los pitching de estos proyectos lo compondrán el Gabor Greiner, responsable de ventas internacionales en la agencia Films Boutique,  el productor ejecutivo y director de producción de largometrajes y series en el África subsahariana, Faissol Gnonlonfin y el esponsable del Atlas Workshops, el evento y plataforma profesional del Festival de Cine de Marrakech, Thibaut Bracq

 

Entre las actividades, el ICAA ha programado el jueves 2 de junio el Spanish Post-Production Showcase, que será presencial y retransmitido y en el que cinco empresas españolas especializadas en posproducción podrán representar las oportunidades que el sector audiovisual español puede ofrecer a las producciones africanas en fase de posproducción.

 

Además, ese mismo día, se desarrolla una presentación dirigida a los profesionales del audiovisual africano de Who is Who - Shooting in Spain, una guía que aglutina la información sobre la industria en España y su tejido empresarial y profesional. Se trata de un trabajo impulsado por ICEX-Invest in Spain, para el que ha contado con la colaboración del sector a través de la asociación de Productoras Españolas de Audiovisual Internacional (PROFILM), la Alianza Industrial Audiovisual (ALIA), la asociación de Productoras Publicitarias de España (APCP) y la Spain Film Commission.


domingo, 22 de mayo de 2022

Literatura y formación en cine africano centran las actividades paralelas del FCAT

 

El escritor mauritano Beyrouk mantendrá un encuentro con lectores y protagonizará un paseo literario

El FCAT pone hoy a la venta las entradas para sus proyecciones a las que se unen las extensiones de Ceuta y Cádiz.

 


Portada del libro de Beyrouk Estoy solo


Tarifa, 18 de mayo de 2020. El próximo 27 de mayo el Festival de Cine Africano inaugurará su 19 edición que, además de proyectar más de 60 películas repartidas en ocho secciones con una ventana abierta en Filmin, realizará diversas actividades paralelas. El arco abarca desde la literatura a la formación en cine africano para adolescentes y adultos durante un festival que este año tendrá nuevas extensiones en Ceuta y Cádiz. Asimismo, desde este viernes el FCAT ponen hoy a la venta las entradas para sus proyecciones presenciales.


Literatura y Entrelíneas en una edición en la que buena parte del cine gira alrededor de la literatura, a los cineastas africanos se une un escritor africano Beyrouk, periodista y escritor mauritano, acaba de publicar su primera novela traducida al castellano, Estoy solo. Gracias a la colaboración entre el programa Letras Africanas de Casa África y la colección literaria Libros del Baobab, el FCAT programará un encuentro con el autor al que acompañará público y clubes de lectura de Tarifa el domingo 29 de mayo, donde explicará cómo se inspiró en una película de Abderrahmane Sissako -Timbuktu, que se volverá a proyectar este año en el FCAT- para escribir este monólogo sobre un hombre encerrado en un cuarto mientras es perseguido por los yihadistas en una ciudad a las puertas del Sáhara. Lo presentarán el periodista y editor Chema Caballero y la bibliotecaria Chary Arbolí.


Tras este encuentro volverá un clásico de las actividades paralelas del FCAT: Entrelíneas. Los paseos literarios por el casco histórico de Tarifa, se adentran en esta edición en algunos pasajes centrales de Estoy Solo, leídos por su autor, Beyrouk, en francés y el editor de la edición, Chema Caballero, en español.

 

 

Espacio Escuela y Aula de Cine

Los escolares adolescentes de los centros de España y los centros educativos españoles en Marruecos vuelven a tener la oportunidad de sumergirse en el cine africano gracias al Espacio Escuela. Desde el 16 de mayo y hasta el 5 de junio este oasis de cine en los colegios ofrece el viaje de conocer otras realidades de África y la variada riqueza cultural del continente a través de películas y cortos con sesiones didácticas, herramientas clave para desvincularse de estereotipos preestablecidos. 


Unirse al Espacio Escuela es sencillo y gratuito para los centros educativos de España y los centros educativos españoles en Marruecos, previa inscripción del docente para alumnos de primaria, secundaria y bachillerato. La actividad se desarrollará en sus propios centros. Una vez recibidas las inscripciones, el equipo del Espacio Escuela contactará con cada profesor a través del correo electrónico facilitado en el formulario para confirmarle su participación, enviarle la ficha didáctica y el código de visionado. 

Tres títulos en versión original subtitulada en español componen la programación de este espacio: el corto senegalés Astel (Ramata-Toulaye Sy, 2021), sobre la relación de una niña con un pastor; el largometraje keniata Supa Modo (Likarion Wainaina, 2018) que protagoniza una niña que quiere ser una superheroína; y el corto marroquí Tikitat-A-Soulima (Ayoub Layoussifi, 2017) que sigue a Hassan, el niño que quiere ver a toda cosa Spiderman 3 en la última sesión del cine Marhaba. Habrá sesiones presenciales del Espacio Escuela en el teatro Alameda de Tarifa entre el 30 de mayo y el 2 de junio. 

Para el FCAT el conocimiento y el entendimiento del “otro” son básicos en la formación de las personas. A través de un trabajo continuo con la juventud, el Espacio Escuela, en línea con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de la Agenda 2030, busca propiciar una comprensión de las sociedades africanas más justa y real, empleando para ello el lenguaje más universal de todos los que existen: el arte. 


El FCAT 2022, con la colaboración del Ayuntamiento de Tarifa, la Diputación de Cádiz y el Consejo Audiovisual de Andalucía, acerca un año más el cine a los escolares en su compromiso con una educación de calidad para todos y todas. 

Enfocada a los adultos, la sexta edición del Aula de Cine Africano, impartida por Javier H. Estrada, este año titulado Relatos ensoñados. El arte narrativo en los cines africanos. El profesor ahondará en romper la tendencia etnográfica para aproximarse al cine africano y alejarse del paternalismo. Lo hará analizando a autores de espíritu iconoclasta, auténticos renovadores estéticos que además observaron con miradas profundamente críticas las realidades de sus países.