miércoles, 17 de febrero de 2021

'MICRORRELATOS', de JOSÉ MORENO VILLA - ARTÍCULO de ANA CASTRO MÉNDEZ

 



A lo largo de su historia, el mundo de la edición pasa por distintas transformaciones y, sobre todo, va siempre más allá de un ámbito puramente nacional. Hasta el comienzo de la Guerra Civil, España era la máxima potencia en este campo y apenas se conocía el mercado de Latinoamérica, aunque no por ello se perdía el interés. Tras la guerra, fueron más de 20 000 españoles los que exiliaron al sur de Francia y a México, a la vez que en España se iniciaba un proceso de cambio que deterioraría la industria de la edición debido a factores como la censura, la represión política y las carencias materiales. En ese momento, los exiliados en Latinoamérica empezaban a conocer el encanto de México y cayeron fascinados ante un país tan interesante y culturalmente atractivo, por lo que muchos de ellos decidieron establecerse definitivamente allí.

En los años sesenta, durante los procesos de modernización cultural y política, los editores y los exiliados tuvieron un papel fundamental y, tan solo una década después, México consiguió convertirse en el principal receptor de los libros españoles. No obstante, tras la muerte de Franco, los papeles se invirtieron y las editoriales en España comenzaron a aflorar: ya no solo crecían las potencias más grandes —Planeta y Penguin Random House—, sino que también lo hacían las editoriales medianas y más pequeñas. Aun así, las relaciones entre ambos países se mantenían cada vez con unos lazos más estrechos. Tanto es así que las nuevas editoriales que surgen a finales del siglo XX nacen ya internacionales, teniendo siempre en cuenta el mercado latinoamericano.

Por otra parte, muchos de los exiliados eran profesores o intelectuales, lo cual hizo mucho más fácil el cambio en la edición. Uno de aquellos intelectuales fue José Moreno Villa, quien, pese a estar a caballo entre dos grandes generaciones —la Generación del 98 y la del 27—, pasó desapercibido entre los nombres que de aquella época se conocen. Sin embargo, no por eso su producción literaria es menos cuantiosa o de menor calidad.


Para comenzar, es importante tener en cuenta el contexto en el que vivió. Moreno Villa nació en Málaga en 1887 en el seno de una familia burguesa, estudió desde los 10 años en un internado —aunque se rebeló contra ciertos profesores de la institución y acabó examinándose del bachillerato por libre— y acudió a clases con el pintor Fernández Alvarado gracias a su afición por la pintura. En su adolescencia, a pesar de que sus padres lo mandaron a Alemania a estudiar química para ayudar con el negocio de vino familiar, Moreno Villa aprovechó su estancia para conocer a distintos escritores del país. Al igual que en Alemania, en Málaga conoció a otros jóvenes poetas durante los años veinte, con los que después pondría en circulación la revista Litoral. También puso rumbo a Madrid para estudiar arte y en la Residencia de Estudiantes conoció a intelectuales como García Lorca, Dalí y Buñuel. Sin embargo, cuando estalló la Guerra Civil, inició su exilio y se estableció en México, donde viviría hasta el fin de sus días sin regresar jamás a España. Cuando finalizó la guerra, la Residencia de Estudiantes devolvió pinturas, dibujos y varios objetos personales al Instituto Diego Velázquez, las cuales luego pasaron a componer la colección de Moreno Villa en el Museo de Málaga.

José Moreno no solo destacó en aspectos como la poesía y la pintura, sino que también fue dibujante, ensayista, crítico de arte y traductor de alemán, entre otras muchas disciplinas. Su intensa y extensa producción artística, literaria y cultural ayudó a transformar las tendencias de aquella época y fueron muchos autores —como García Lorca o Alberti— los que bebieron de sus ideas para dar nuevas formas a sus creaciones. En cuanto a sus obras, podemos destacar entre la poesía obras como Jacinta la Pelirroja. Poema en poemas y dibujos y Evoluciones. Cuentos, Caprichos, Bestiario, Epitafios y Obras paralelas, su autobiografía Vida en claro o su Antología Poética, junto con su Bestiario.


No obstante, aquí investigaremos a Moreno Villa en su producción micronarrativa. Una vez más, a pesar de su gran calidad y de caracterizarse por ser uno de los pioneros en el género, sus obras quedaron eclipsadas por otros escritores. Pero las historias de este autor despiertan un especial interés entre los amantes del género. En Microrrelatos se incluye una reedición de Evoluciones con distintas narraciones. En primer lugar, en el Libro I de la colección, el autor pone de manifiesto su conocimiento sobre la historia de España y refleja aspectos como la arquitectura o varios acontecimientos reales. Este último es el caso de los relatos de Sabandijas humanas —acompañados de las ilustraciones de Daniela Miazzo—, inspirados en los retratos de bufones y sirvientes de la corte de Felipe IV que pintó Velázquez. Para el Libro II: Bestiario, Moreno Villa redacta tanto textos de carácter descriptivo y didáctico, como historias con sentido alegórico o simbólico. En ellas, los protagonistas son los mismos animales. Este tipo de relatos y los herbarios fueron muy populares durante la Edad Media, aunque con el tiempo se sustituyeron por textos de carácter científico. Por último, esta obra se cierra con «Juicio», que quizás destaca más por su carácter ensayista.


La idea de Microrrelatos surgió con motivo del centenario de la publicación de la anterior colección —Evoluciones. Cuentos, Caprichos, Bestiario, Epitafios y Obras paralelas— para darle el reconocimiento que merece al autor, José Moreno Villa, y al conjunto de sus creaciones, no solo literarias. Es por eso que, junto con las ilustraciones de Daniela Miazzo, se incluyen otras del propio autor. Además, puede encontrarse una interesante introducción crítica de Darío Hernández, profesor en la Universidad de La Laguna.

Si todo lo anterior ha despertado algún interés en ti, en Ediciones Azimut te animamos a leer Microrrelatos y a disfrutar de las pequeñas y curiosas narraciones que el malagueño José Moreno Villa puso a nuestra disposición hace no tanto tiempo, pasando desde relatos cotidianos de ciertos personajes históricos hasta descubrir moralejas e ironías con los distintos animales de la colección, entre muchas otras historias.

Ana  Castro Méndez

1 comentario:

  1. La lectura española no me suele llamar la atención, pero creo que en este caso me ha despertado cierto interés Microrrelatos, y tendré que echarle un ojo con muchas ganas!

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