domingo, 18 de octubre de 2020

FESTIVAL DE SITGES 2020: ALGUNAS IDEAS SOBRE EL CINE FANTÁSTICO

 


          


Este año había que ir a Sitges, claro que sí, porque nada más anómalo que la pandemia que estamos padeciendo (tan solo necesitamos asomarnos a cualquier estación de lo que sea o aeropuerto para sentirnos dentro de las películas que se exhiben en este certamen) y porque se cumple el primer siglo de El gabinete del doctor Caligari, con su característica estética kafkiana, a la que rinde homenaje el cartel de este año del Festival Internacional de Cine Fantástico.          

Ahora bien, realmente, ¿qué es lo que valoran los incondicionales del cine fantástico? ¿Una cabeza bien seccionada? ¿Unos espíritus gelatinosos dispuestos a gastarles todo tipo de perrerías a los personajes no ectoplasmáticos? ¿Una pesadilla constante en la pantalla? He de confesar que yo no sé cómo responder a esas preguntas, pero sí he sido testigo (testigo acústico: valga la sinestesia) de las reacciones del público en las sesiones del Festival de Sitges de 2020 a las que he asistido y que pueden resumirse en dos opciones básicas: 


1.- Aplausos cuando sale el título en la pantalla, lo que me permite conjeturar que estos espectadores ven mucho cine en casa y poco en las salas; 2.- aplausos en los momentos más sangrientos, como si el primer plano de clavar una estaca a alguien en un ojo fuera tan divertido como un tartazo en la cara: no estoy imaginando, sino que sucedió tal cual en un determinado momento de Possessor (2020), una distopía futurista del director canadiense Brandon Cronenberg, que a la postre fue la película ganadora en Sitges 2020.

            Así las cosas, y comoquiera que, insisto, no encuentro una explicación válida para las cuestiones planteadas en el párrafo anterior, me gustaría desgranar someramente aquellos aspectos que considero más relevantes de este tipo de cine.

           


      Cabe señalar, en primer lugar,  que el cine fantástico se abre a todas las posibilidades de la fantasía, valga la redundancia, y por ello expande hasta regiones inexploradas el ejercicio de la creatividad. Al liberarse del yugo lógico, los cineastas que se adentran en este género no tienen más limitaciones que las de su propio talento. De alguna manera me recuerda a la superación por las vanguardias pictóricas más radicales del arte figurativo y las menos radicales deforman la realidad con arreglo a sus parámetros estéticos. Y eso es lo que sucede en los filmes que estamos comentando, que se alejan de la vida cotidiana para configurar sus propios mundos. Algo hay de vanguardismo en el cine fantástico, un espíritu rompedor que se renueva en cada producción. Y acaso el nexo entre una historia irreal y las vanguardias plásticas se halle en el ya mencionado Gabinete del doctor Caligari, pues una trama pesadillesca se inserta dentro de unos escenarios artificiosos, que se amoldan perfectamente al tormento interior del protagonista.

            Otra característica que podemos señalar para estas cintas es la desdramatización del dolor, que se incorpora con total normalidad a las vivencias de unos personajes cuyas existencias no parecen excesivamente gozosas. Pero en estos largometrajes se crea un contexto donde el dolor y la angustia se convierten en los componente más normales del humano devenir. Si en una película, digamos, convencional, a un personaje se le rompe el corazón al recibir una desilusión amorosa y el público normalmente empatiza con ese personaje, en un filme fantástico un asesino en serie disfruta incluso de una estela romántica.


            Es muy normal, por lo tanto, que el enfoque del sufrimiento, con frecuencia muy sanguinario, se haga desde el punto de vista del verdugo y no de la víctima, como suele suceder en el cine no fantástico, lo cual constituye otra de las características del género que nos ocupa, donde las atrocidades se muestran sin aspavientos, incluso con simpatía. El ejemplo más claro es el gigantesco gorila King Kong, que es el logotipo del Festival de Sitges: ¿quién no se ha identificado alguna vez con el amor imposible del “monstruo” por muchos aviones que derribe y por mucho que grite la chica? Otro bien ejemplo sería la criatura del doctor Frankenstein en la película de1931 de James Whale, por ejemplo, que nada tiene que ver con el personaje que creo Mary Shelley, pues bajo los dictados de la industria del cine la criatura se envuelve en un halo de ternura y los verdaderos monstruos son los humanos.

         La desdramatización del dolor a que aludíamos más arriba desemboca en ocasiones en humor, que es un recurso explotado hasta la saciedad por Quentin Tarantino, como mayor o menor fortuna, pero no me refiero ahora al supuesto humor de un miembro amputado según jalean los espectadores en las salas de Sitges, sino un humor negro, evidentemente, que nace de las actitudes dislocadas de los seres de ultratumba. Eso es muy evidente en determinados filmes neozelandeses como Lo que hacemos en las sombras (2014), de Taika Waititi y Jemaine Clement, Jojo Rabbit (2019), de Taika Waititi, galardonada en el Festival de Toronto, o Housebound (2014), de Gerard Johnstone. De manera que el humor dentro del horror es una posibilidad que determinados directores están explorando y que ha permitido al joven director y guionista húngaro Márk Bodzsár obtener el premio al Mejor guion en el recién finalizado Festival de Sitges por Comrade Drakulich (2019), una película que no es redonda, pero que se plantea como una fusión de las dos pulsiones que estamos mencionado: lo fantástico y lo cómico.

 


           Por fin, no me queda más que apuntar un micromanifiesto del cine fantástico que prefiero y para ello me valdré de una película que no ha obtenido ningún galardón en la edición de este año de Sitges, pero la considero de impecable factura: se trata de la irlandesa Contagio en alta mar (2019), de Neasa Hardiman, cuyo título en español creo que reproduce con mayor fidelidad que vemos en la pantalla, pues el original en inglés, Sea Fever, hace referencia a una enfermedad, los brotes psicóticos que atenazan a  los marineros que llevan meses embarcados, que no es lo que vemos en el filme.

            Hay, sí, mucha angustia psicológica, pero por otro motivo, que es el que quiero destacar, pues lo que sucede en el filme constituye el arquetipo del cine fantástico, según mi humilde entender, si tal género pudiera encerrarse en un arquetipo. La película de Hardiman nos plantea la situación de un barco pesquero, que se mete donde no debe y acaba atacado por un monstruo. “Vaya tontería”, opinarán ustedes, “si eso ya lo hemos visto en miles de películas de monstruos”. Pero es que aquí es diferente, me defenderé yo, porque no se trata de una criatura apocalíptica tipo Godzilla, sino de unas diminutas larvas que se introducen en nuestro organismo y adiós, muy buenas.

           


    Como vemos, la amenaza que plantea esta película se desarrolla en el interior de nuestros cuerpos, de la misma manera que la angustia es un padecimiento íntimo. Por ello, para mí lo meritorio de este filme consiste en plantear una situación anormal, es decir, la aparición de una especie marina desconocida de textura similar a las medusas, cuya amenaza genera la desesperación de los personajes.

            No se trata, por lo tanto, de enfrentarse hasta derrotarlo a un monstruo homérico, sino de manejar en nuestro interior una situación angustiosa y a donde quiero ir a parar es a esta variante del cine fantástico donde algo irreal provoca un miedo tan real en los personajes, como podía haber sido una vía de agua en alta mar o una temporada nefasta de pesca.

  

          En mi humilde opinión, y con esto termino, la fusión de una causa irreal con un efecto real constituye el mayor logro del cine fantástico, porque de esta manera, además de fantasía, se consigue un cierto componente de verosimilitud, que rompe el determinismo lógico de nuestras vidas cotidianas, pero dentro de unas coordenadas que siguen pareciendo tangibles.

Fco. Javier Rodríguez Barranco

 

PALMARÉS FESTIVAL DE SITGES 2020

Secció Oficial Fantàstic a competición

Millor pel·lícula / Mejor película / Best Feature Length Film
Possessor Uncut (Brandon Cronenberg) 

Premi especial del jurat / Premio especial del jurado / Special Jury Prize  
La nuée de/by Just Philippot     

Millor direcció / Mejor dirección / Best Direction 
(sponsored by Moritz)
Brandon Cronenberg (Possessor Uncut)

Menció a la direcció / Mención a la dirección / Mention to the Direction
Natalie Erika James (Relic)

Millor interpretació masculina / Mejor interpretación masculina / Best Actor
(sponsored by Vilamòbil)
Grégoire Ludig & David Marsais (Mandibules)

Millor interpretació femenina / Mejor interpretación femenina / Best Actress
(sponsored by So de Tardor)
Suliane Brahim (La nuée)

Menció a la interpretació femenina / Mención a la interpretación femenina / Mention to the Best Actress
Marin Ireland (The Dark and The Wicked)

Millor guió / Mejor guion / Best Screenplay
(sponsored by Fundació "la Caixa" & CaixaBank)
Márk Bodzsár, Juli Jakab & István Tasnádi (Comrade Drakulich)

Millors efectes especials / Mejores efectos especiales / Best Special Effects
(sponsored by Kelonik & Antaviana)
Maks Naporowski, Filip Jan Rymsza, Dariush Derakhshani (Mosquit o State)

Millor fotografia / Mejor fotografía / Best Photography  
Tristan Nyby (The Dark and The Wicked)

Millor música / Mejor música / Best Music
Bingen Mendizábal & Koldo Uriarte  (Baby)

Gran Premi del públic a la millor pel·lícula / Gran Premio del público a la mejor película / Audience Award Best Motion Picture
(sponsored by La Vanguardia)
La vampira de Barcelona (Lluís Danés)

Millor curtmetratge de gènere fantàstic / Mejor cortometraje de género Fantástico / Best Fantastic Genre Short Film   
(sponsored by Fotogramas)
The Luggage (Tsai Yi-fen)

Menció al curtmetratge / Mención al  cortometraje / Mention to the Short Film
Rutina: La prohibición (SAM)


Noves Visions

Millor pel·lícula / Mejor película / Best Feature Film
My Heart Can't Beat Unless You Tell It To (Jonathan Cuartas)

Menció a la pel·lícula / Mención a la película / Mention to the Film 
El elemento enigmático (Alejandro Fadel)

Millor direcció / Mejor dirección / Best Direction 
Laura Casabé (Los que vuelven)

Millor curt Noves Visions Petit Format / Mejor corto Noves Visions Petit Format / Best Noves Visions Petit Format Short       
Luz Distante - Parte 1, Les desventurades (Santiago Reale)


Midnight X-treme

Premi del públic a la millor pel·lícula / Premio del público a la mejor película / Audience Award Best Motion Picture    
The Queen of Black Magic (Kimo Stamboel)


Sitges Documenta

Premi a la millor pel·lícula / Premio a la mejor película / Award Best Motion Picture      
Ivan, O Terrível (Mario Abbade)


Blood Window

Premi Blood Window / Premio Blood Window / Blood Window Award
Marea alta (High Tide) de/by Verónica Chen


Jurat de la Crítica

Premi de la Crítica José Luis Guarner / Premio de la Crítica José Luis Guarner / José Luis Guarner Critic's Award  
Teddy (Ludovic Boukherma & Zoran Boukherma)         

Premi Citizen Kane a la direcció revelació / Premio Citizen Kane a la dirección revelación / Citizen Kane Award for Best New Direction  
Jonathan Cuartas (My Heart Can't Beat Unless You Tell It To)

Carnet JOVE

Premi Jurat Carnet Jove al millor llargmetratge de gènere fantàstic / Premio Jurado Carnet Jove al mejor largometraje de género fantástico / Carnet Jove Award for Best Fantasy Genre Feature Film        
She Dies Tomorrow (Amy Sei metz)       

Premi al millor llargmetratge d’animació / Premio al mejor largometraje de animación / Award for Best Animated Feature Film     
Seven Days War (Yuta Murano)

Premi al millor curtmetratge d’animació / Premio al mejor cortometraje de animación / Award for Best Animated Short Film
Red Rover (Astrid Goldmisth)


Brigadoon

Premi Brigadoon Paul Naschy / Premio Brigadoon Paul Naschy / Paul Naschy Brigadoon Award     
Horrorscope (Pol Diggler)